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03 febrero 2010

Y Hoy Sin Berocca

Pues sí, utilizo Berocca para poder concentrarme.
No sé exactamente que lleva...(vitamina E? Vitamina... B? Será B, de Berocca supongo!) pero me hace sentir bien para estudiar, concentrarme, escribir... Y como hoy no la he tomado... pues perdí en tren de las musas.

Aunque he de añadir que no son unas musas absénticas, estilo green magic, son bastante discretitas, y a veces ni con vitaminas vienen, pero bueno, es cierto que sin esos fabulosos momentos de inspiración, no soy más que un trozo de carne inerte aporreando un teclado.

Sin esos clímax creativos, no hubiera sido capaz de escribir todo aquello de lo que me siento tan orgullosa, y no podría mirar atrás para dar Fe de todo lo realizado, utilizándolo como impulso para llegar más lejos todavía. Literariamente (que no literal) hablando, claro. En lo que se refiere al contexto físico, estoy muy bien aquí, pegada a mi sillita. Aunque no será por mucho rato. Morfeo comienza a amenazar, y el reloj no me da tregua...

Los minutos son una pandilla de engreídos, que te miran por encima del hombro impunemente cada vez que alcanzan el XII. Son conscientes de que, hagamos lo que hagamos, ellos estarán siempre por encima nuestro, vigilantes y pacientes. Observando como tropezamos una y otra vez con la misma piedra o como damos vueltas a lo tonto para llegar exactamente al punto desde el cual partimos.

Sí. Y se ríen. Se divierten viéndonos así. Es lógico, yo también me reiría del mundo si fuera un concepto metafísico que se puede medir pero no tocar.
Aunque si yo fuera un minuto, abogaría ante el Ministerio del Tiempo para darle un poco de flexibilidad al asunto, así cada persona podría escoger cuánto quiere que duren sus propios minutos. No sería maravilloso?

Si pudiera elegir los alargaría. Mis minutos serían laaaargos e intensos, y los utilizaría para todas esas tareas que no caben en una agenda normal, cómo contestar a los 3.000 e-mails que me esperan en uno de mis mailbox o acabar de aprender de una santa vez Hebreo Bíblico. Sin embargo, no puedo negar que hay algunos minutos que los acortaría, hasta su mínima expresión, aunque serían escogidos y muy de vez en cuando. Lo primero que me viene a la cabeza es el puñetero tiempo de espera de Rapidshare y Megaupload, sería delicioso poder acelerarlo a placer ¿eh?

Pero bueno, pensándolo bien, me cuidaría mucho de abreviar minutos porque sí. Soy de la opinión de que todo lo que nos pasa en esta vida, ocurre por algún motivo. Todo es importante. Todo forma parte de una intención mayor, de un plan del que ni siquiera somos conscientes, y que sin el cual, no existiríamos. ¿No son fabulosos esos momentos "casuales" en los que tomamos un camino diferente para ir a trabajar, sin saber por qué, y nos topamos con alguien a quien buscábamos hacía tiempo, o algo que necesitábamos encontrar, o una cosa con la que habíamos soñado? Es una maravillosa sensación, y es bueno ser adicto a ella. A mi me gusta compararlo con el polvo de hadas de Campanilla, gracias al cual, eres capaz de volar. Bueno, físicamente no (No sería genial??) pero sí de una forma muy pura e intensa, puesto que al ser conscientes de ello, automáticamente, empezamos a vislumbrarlo.

Es casi como la inspiración que yo busco. Esa energía mágica que me confiere la capacidad de combinar estas veintisiete letras de nuestra maravillosa lengua para darle vida a palabras y frases hermosas que nacen en lo más profundo de mi corazón.

Y como mi organismo carece de Berocca y mis neuronas están en desventaja, tengo que dejarlo aquí, amigos, a las 00.52 del recién estrenado 3 de Febrero.

Feliz Wednesday a todos!

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